Por teléfono….
-hola, donde estás?
-En el centro comprando unas cosas para mi
mama
-te alcanzo y nos vemos?
-No pinky, no creo ya estoy terminando y
bajare a mi casa
-…… uhmmm ok esto va mal, hablamos en la
tarde ok? Chau
Saliendo
de una fiesta organizada para unos niños muy especiales, decidimos ir a comer
con nuestros demás amigos, al término de todo esto, empezamos a caminar sin
rumbo tú, tu amiga y yo; los dos como completos extraños alejados uno del otro,
tu conversando de sus cosas con tu amiga, yo callado como siempre, un obstáculo
en el camino y para poder sortearlo, una ocasión de acercamiento, una ocasión
de cogerte la mano y dejar un poco atrás esa timidez y miedo a hacer ese simple
movimiento de acercamiento, lo consumamos y no es necesario decir nada el
contacto está hecho y ruego porque sea eterno, pero los dos sabemos que tendrá
su final.
Después de colgar el teléfono no sabes muy
bien que pensar, la mezcla de sentimientos dentro tuyo es inexplicable, por un
lado el cariño sigue intacto, por otro lado los celos que te llevan a las dudas
por cosas del pasado, por otro lado el enojo de no sabes muy bien porque, pero
el enojo está presente. Lo único que te queda esperar es que llegue la tarde,
que ya no falta mucho, para volver a llamarla y tomar una decisión, que en este
preciso momento después de colgar el teléfono y tener todos los sentimientos
juntos, estas seguro de que es la correcta.
Caminando
por alguna calle en algún lugar: –Yo también te quiero amor. Y tu simplemente
quedarte callado y hacer como que no escuchaste nada, y ella intentando
disimular que esa palabra se le salió tan solo a las dos semanas de empezar, la
reacción más estúpida puede ser la tuya: -Creo que te adelantas mucho a las
cosas, no deberías usar esa palabra.
Es las 3:30 p.m. acabas de terminar de
almorzar y bueno creo que es el momento de llamar:
-hola
-Pinki!, hola como estas?
-Acá, podemos hablar?
-….mmmm ok estaré en mi casa toda la
tarde, tengo que cuidar a mis sobrino.
-ok, subo de acá un momento
-estas raro….todo bien?
-si todo, te veo en un rato, chau.
Y simplemente empezar a caminar hacia su
casa, con muchas cosas en la cabeza, ya no los mismos sentimientos de hace un
rato en la mañana, si no, algo que si antes no podías explicarlo, ahora es
peor, porque ya ni siquiera sabes bien que es lo que quieres.
Hoy
cumplimos un mes, estamos juntos en tu casa y solos, yo aún tengo miedo de
darte un beso y reprimo mis sentimientos de tenerte más cerca de mí, pero no
simplemente mi timidez me acobarda, estamos ya juntos por casi 2 horas y lo único
a lo que atino es cobarde-mente a mandarte, o bueno en si a escribirte y pasarte
el celular, algunos mensajes diciéndote que te quiero, sin tener la valentía de
pronunciar esas palabras que reprimes. Llaman nuestros amigos, dicen para “hacer
algo” y tu me consultas que responder, aunque en tu voz noto una señal para que
diga que no y solo nos quedemos los dos, respondo: -si que vengan. Al final en
dos horas me iré, y te dejare sola, en quizá una fecha que debió ser solo para
los dos.
Llego a tu puerta y toco el timbre, me abres
con una sonrisa, pero mi cara no es fácil de describir, conversamos alrededor
de dos horas y al final sin saber qué hacer, el que termina todo soy yo. Un último
beso acompaña nuestra despedida y una mirada de adiós y arrepentimiento aparece
en mis ojos, pero las cosas ya están hechas…..aunque una promesa a futuro……
p.d.: Poema de La Despedida
Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.
Este cariño triste, y apasionado, y loco,
me lo sembré en el alma para quererte a ti.
No sé si te amé mucho... no sé si te amé poco;
pero sí sé que nunca volveré a amar así.
Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo,
y el corazón me dice que no te olvidaré;
pero, al quedarme solo, sabiendo que te pierdo,
tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.
Te digo adiós, y acaso, con esta despedida,
mi más hermoso sueño muere dentro de mí...
Pero te digo adiós, para toda la vida,
aunque toda la vida siga pensando en ti.